Como un asalto a plena luz del día podríamos calificar lo vivido por la serie de honor oviedina de parte del trío arbitral, que dirigió este sábado el encuentro entre los oviedinos y Caupolicán. Encabezó este "delito" el señor Santibañez, acompañado por el señor Lara, ambos del barrio al cual representa Caupolicán, además de nuestro "amigo" don Harold Zambrano.
Todo comenzó el primer tiempo, cuando Santibañez ayudaba a su equipo regalándoles un penal. Como los albiazules lograban empatar en encuentro y el partido se les complicaba, Santi nuevamente intervenía, expulsando a un jugar oviedino. De esta manera los del Barrio Estación tomaban el control del juego, marcando el 2 a 1.
En el segundo tiempo los albiazules salieron con todo en busca del empate. Un claro penal a favor del M con O no era cobrado. Acto seguido vino la tercera cifra de Caupolicán. Como al parecer, algo de vergüenza tiene este arbitrillo, y como ya el partido estaba aparentemente resuelto, no pudo seguir aguantando los insultos de sus vecinos, quienes se acordaban constantemente de su señora madre, expulsó a 2 jugadores verdes. El partido ya no era tal.
Testigos de lo sucedido fueron los pocos fanáticos que llegaron al estadio, quienes pudieron explicarse el por qué el referato cauquenino practicamente no participa de las competencias regionales.
Lamentamos informar de esta manera, pero hace ya bastante tiempo que venimos visualizando situaciones muy dudosas. Que a pesar de que los arbitros han sido capacitados para desempeñar tal importante papel dentro de una cancha, continúan entranto a ella con jucios ya formados de determinados jugadores o instituciones que muchas veces los hace ser el personaje principal en un partido.
Todo comenzó el primer tiempo, cuando Santibañez ayudaba a su equipo regalándoles un penal. Como los albiazules lograban empatar en encuentro y el partido se les complicaba, Santi nuevamente intervenía, expulsando a un jugar oviedino. De esta manera los del Barrio Estación tomaban el control del juego, marcando el 2 a 1.
En el segundo tiempo los albiazules salieron con todo en busca del empate. Un claro penal a favor del M con O no era cobrado. Acto seguido vino la tercera cifra de Caupolicán. Como al parecer, algo de vergüenza tiene este arbitrillo, y como ya el partido estaba aparentemente resuelto, no pudo seguir aguantando los insultos de sus vecinos, quienes se acordaban constantemente de su señora madre, expulsó a 2 jugadores verdes. El partido ya no era tal.
Testigos de lo sucedido fueron los pocos fanáticos que llegaron al estadio, quienes pudieron explicarse el por qué el referato cauquenino practicamente no participa de las competencias regionales.
Lamentamos informar de esta manera, pero hace ya bastante tiempo que venimos visualizando situaciones muy dudosas. Que a pesar de que los arbitros han sido capacitados para desempeñar tal importante papel dentro de una cancha, continúan entranto a ella con jucios ya formados de determinados jugadores o instituciones que muchas veces los hace ser el personaje principal en un partido.
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